Colombia: el género que refleja la realidad

En un país en el que la violencia es un tema cotidiano, la telenovela se convierte en un importante medio de distracción y entretenimiento, para una población ávida de múltiples propuestas que no sean noticieros o películas.

Hay lugar para novelas extranjeras

Aunque la novela local es muy fuerte, existe un espacio dentro de la programación nacional para las novelas extranjeras.
«De las novelas extranjeras que mejor funcionan aquí son las mexicanas, quizás por que la cultura mexicana tiene mucho en común con la nuestra y eso hace que funcionen bien» asegura Camilo Acuña, jefe de Programación del canal Caracol.
«En la parrilla de programación de este canal se encuentran, dos producciones de Televisa que se han comprado a Protele: Carita de ángel, en el horario de las 18 a las 18:30, y Laberintos de pasión de 18:30 a 19. Las dos han logrado ser lideres en este horario compitiendo con un talk show-magazine de Canal R.C.N., en una franja especial para novelas extranjeras. Siempre hemos tenido producciones mexicanas porque son las que mejor se comportan, además que las de Televisa son bastante buenas y el público ya esta acostumbrado a este tipo de novelas» expresó Acuña.
La decisión de esta franja, según lo explicó el mismo Acuña, se debe a un proceso de ubicación que se dio hasta encontrar la audiencia que gustaba de esta clase de melodramas. El tiempo y la experiencia les mostró que quería ver la gente en ese horario, que sigue siendo aun muy familiar.

Detalles de las compras

«Las novelas extranjeras se negocian con una sola pasada, pero si se quiere repetir, luego de un tiempo, su precio es más económico. Pero, indiscutiblemente, los precios más altos los tienen las novelas mexicanas. Las venezolanas son un poco menos costosas y las brasileñas hace mucho no se compran, pero son costosas», contó el ejecutivo. En esta franja, anunciantes como (Coca Cola, telecomunicaciones o Adams) pautan 30 segundos a $ 2.350.000 (US$ 1.180).

Aquí las telenovelas actúan no sólo como propuesta estética sino también como centro de lucha entre las clases sociales y los sexos; como marco teórico para la vida cotidiana; como dispositivo del sueño colectivo o como expresión de los grandes problemas populares.
Sabiendo que en Colombia hasta en el más recóndito de los lugares se ve televisión y que, la telenovela es el género más popular y de mayor aceptación por parte de las clases menos favorecidas. Algunos expertos en el tema analizan el género y la importancia del melodrama, dentro de la experiencia de la telenovela colombiana como eje de identidad.

Elementos de la telenovela colombiana:

«Se muestra la esencia de la mujer real, trabajadora y emprendedora. La mujer protagonista es la que surge y se prepara, la que pelea, la que lucha; la que piensa y hace gala de nuestra inteligencia; la que interpreta una realidad por sí misma. No es tonta ni idiota. A diferencias de lo que tradicionalmente han mostrado producciones mexicanas y/o venezolanas, en Colombia este género promueve modelos liberadores; nuevas formas de la apariencia para seducir y no avergonzarse del propio rostro; la necesidad vital del afecto, la autoestima, ternura, el autocuidado y el sentido del progreso. Además, que en éstas producciones los héroes trabajan, viven una vida real y no se limitan a tener diálogos en sitios estáticos y acartonados» expresó a TVMAS Omar Rincón, un experto en el género.
El contexto real identifica a Colombia al tratar temas tan propios de su idiosincrasia como: el café, el carbón, la justicia, la corrupción, la violencia. De esta manera, se convierte en el único fenómeno cultural que es común a toda una comunidad. Porque se vuelve un punto de encuentro y un marco común, sin importar la diferencia de pensamiento, cultura y estrato. Reflejando la problemática de la vida cotidiana en Colombia, como lo es la existencia de las clases sociales y el síndrome de subir de posición.
La telenovela colombiana está afectando mucho la discusión colectiva de los temas. Este factor es primordial para hacerla exportable. Café con aroma de mujer, quizás la telenovela más recordada y vendida en la historia de la televisión colombiana recuperó un país positivo en medio de un momento negativo por el que atravesaba el Gobierno. Es la mejor novela construida como melodrama en Colombia. Fue un producto bien hecho», añadió Omar Rincón, organizador del reciente encuentro «La telenovela en Colombia», y dijo además, que ésta cumple un papel importante en la construcción de su cultura. «Hoy se podría dividir en cuatro clases: La Social, en donde la temática reflexionando sobre la realidad del diario vivir y es allí donde se puede tocar la violencia el fiscal, la mujer abandonada por su esposo como Señora Isabel titulada en México después como Mirada de mujer, etc. La Costumbrista, en ella se muestran las costumbres y se recrean tintes meramente colombianos como el humor, la música, las características de las mujeres, el folclor, etc. La Gótica, allí se da el misterio, el suspenso, basado en mundos muy propios, muy autónomos, que no se refiere a la realidad. Se muestran mundos particulares y lugares extraños. El fiel representante de esta clase es el escritor Julio Jiménez, con series que ya han sido comercializadas en el exterior. Y la Industrial, se basa en una misma fórmula que se produce en serie. Es contar la historia de amor entre una mujer pura y un hombre equivocado a través de muchos capítulos, sin importar el tiempo y el espacio; sin saberse con exactitud si se habla de la realidad o de la ficción. Aunque en Colombia hay poco de eso -es el estilo al que nos han acostumbrado con las producciones venezolanas y mejicanas- existen escritores como Dago García y Héctor Forero que usan esa modalidad», concluyó el entrevistado.
Hay quienes aseguran que se podrían hacer más divisiones en cada campo pero en general, la telenovela colombiana tiene características particulares que la hacen conocida en el exterior, por contener en su mayoría; la ironía, el humor, la música, el folclor y la exuberancia.
La telenovela pone a hablar a la gente del común de una problemática que no logra el noticiero. Sirve como pretexto para conversar e intercambiar ideas sobre lo que se piensa y se siente frente a lo se expone en ella. Es fácil señalar que es lo importante en la discusión pública a partir de lo que se ha visto en las telenovelas. Además sirve para que se tengan mensajes comunes entre diferentes poblaciones y clases sociales baja-media-alta, aunque con interpretaciones y perspectivas distintas.
Quienes más disfrutan de las telenovelas son las clases media y baja, porque a medida que asciende la clase social, baja el gusto por la telenovela. «La problemática colombiana está mejor representada en la telenovela que en los noticieros de televisión», opina Jesús Martín Barbera, escritor y director de la investigación del melodrama y la telenovela para América latina.

RCN apuesta con las mexicanas

El canal R.C.N. tiene en su programación, cuatro novelas extranjeras que ocupan marginales: «Tenemos mexicanas porque son un producto bueno (en especial las de Televisa), también contamos con novelas argentinas porque se consiguen a un buen precio y los temas gustan mucho a los colombianos y una brasileña que apenas empieza y que seguramente nos dará resultados. Hoy no hay nada venezolano, quizás porque últimamente no se ha visto un producto que llame la atención -aunque sí hay ofrecimiento- y por la falta de disponibilidad de parrilla, en este momento no da para más», comenta Ricardo Cruz, jefe de Programación del Canal R.C.N.
La producción Brasileña El Rey del ganado se emite de 9:30 a 10:30 con el objetivo de darle un poco de empuje a la franja de la mañana y hacerle un poco de contrapeso a su enfrentado La hora Warner que hasta agosto tenía el liderazgo del horario. Aunque esta producción es de Globo, R.C.N. la compró a Telecolombia (una programadora nacional) quien ya la había adquirido pero que por algunos motivos debió suspenderla. «Creemos que tiene buena recordación por parte del público, pues hasta hace poco la venía emitiendo el Canal UNO y esperamos recuperar pronto la gente que la estaba siguiendo. Además, se adquirió a un buen precio».
Sebastián y Catalina, de TV Azteca, se compró a Comarex y se mantiene con un ráting similar a su enfrentado, Yo amo a Paquita Gallego una producción nacional realizada hace ya algunos meses y que el canal Caracol repite. «Las mexicanas son las de mejor ráting».
Mujeres engañadas, de Televisa, comprada a Protele, desde el 28 de agosto empezó a emitirse de una a dos de la tarde. «Fue una buena opción, como parte del pago, que nos dio Televisa por la negociación que se hizo por unos productos nuestros incluidos Yo soy Betty la fea y Me llaman Lolita. Además, es una novela que internacionalmente ha funcionado muy bien, como también lo han sido otras producciones suyas que Caracol ha emitido como: Preciosa, Nunca te olvidare y Vivo por Elena. El horario es producto de la disponibilidad de la parrilla, pero sin duda resulta una buena opción para empezar la tarde».
Muñeca Brava, una novela argentina y que a partir del 28 de agosto va de 4 a 5 de la tarde -debido a la aparición de un nuevo programa en directo de 17 a 19 horas- ha funcionado bien aunque ahora ya no se enfrentará a otra serie nacional sino a dibujos animados: «La novela va en formato de una hora porque se adquirieron bastantes capítulos y ha dado buenos resultados. Hasta hoy es nuestro mejor producto en el horario de la tarde. Esta producción se le compró a Telefe Internacinal porque es un proveedor interesante y nos da buenos precios».
Pero sin duda y a pesar de que la parrilla tiene una buena cantidad de novelas extranjeras en su haber, la producción nacional manda la parada en prime-time: «El producto nacional prima, especialmente en los canales privados en donde todas son novelas nacionales. Sería más cómodo para los canales públicos -por la difícil situación económica que atraviesan- que programaran una novela extranjera en prime. Porque mientras la extranjera (mexicana por ejemplo) se compra a 5.000 dólares el capítulo de una hora, un capítulo de media hora realizado en la televisión nacional cuesta alrededor de los $ 23 millones lo que implica una hora a un precio de $ 46 millones (US$ 23.000). Obviamente que en prime es cuando más se vende pauta. Por ello aunque las colombianas sean costosas con la pauta se recupera la inversión, es el caso de Yo soy Betty la fea cuya pauta de 30 segundos alcanza los 15 millones de pesos (US$ 7.500), y otras que alcanzan $ 7.500.000 (US$ 3.700) los 30 segundos de publicidad de clientes tan importantes como Colgate, Protec and Gamble o Johnson. Podríamos concluir que los canales que compiten por el mejor puesto en novelas son los canales privados: R.C.N. y Caracol, porque en los públicos brillan por su ausencia tanto extranjeras como nacionales. Sólo a las 10 de la noche la producción de la programadora Cempro tiene al aire Por que diablos, que aunque con 26.8 de ráting que lo coloca en el octavo lugar dentro de los programas más vistos en el mes de julio, en verdad no es muy representativo. La nacional maneja temas innovadores como el humor y es lo que se impone. Ya no son los «novelones» o «lagrimones» porque ha cambiado el concepto; por eso en prime se está manejando el producto nacional porque esta demostrando ser superior en muchos sentidos al venezolano, mexicano, argentino y brasileño. La competencia está ahí. La lucha hoy es por producir novelas nacionales e impulsar nuestro talento artístico y creativo», finaliza Ricardo Cruz, jefe de Programación del Canal R.C.N.

Programación del prime-time

La Caponera, va en horario de 19:30 a 20:30
La Guerra de las rosas, de 20:30 a 21
Alejo, de 21:30 a 22:00
Todos alcanzando a obtener $ 9.400.000 (US$ 4.700) por 30 segundos de publicidad vendida.

Otros horarios

6 a 7 de la mañana, Prisioneros del amor, repetición de una anterior producción del canal.
11:30 a 12, Paquita Gallego,repetición de una producción de la programadora R.T.I y Rauzan reciente coproducción de Caracol y R.T.I.

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