Por Juan Carlos Rivera
La Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (CAPIT) está dando sus primeros pasos.
El productor teatral y televisivo Carlos Rottemberg, recibe a TVMAS en su oficina del Teatro Ateneo, en la calle Paraguay, entre cuadros de diversas épocas, la réplica del Big Ben y otros adornos que más bien recuerdan la escenografía de una puesta teatral. Nos habla de uno de los temas que más le roba el sueño hoy: la formación y puesta en marcha de CAPIT, de la cual ha sido designado presidente.
Con la finalidad de representar y promover el desarrollo de las productoras independientes de la televisión quedó formalizada, recientemente en Argentina, la constitución de dicho ente que está integrado por las empresas: Pol-Ka S.A; Promofilm S.A; Raúl Naya Producciones S.A; Cuatro Cabezas S.A; Tevespectáculos S.A; Bus Televisión S.A; Ideas del Sur S.A; Enrique Estevánez Producciones S.A; Raúl Lecouna (la productora de Muñeca Brava); Mariano Grondona y Asociados; P y P, de Martín Cueler; Gabriel Osbaum y asociados y Gastón Portal Producciones.
Sobre este y otros temas conversó con TVMAS sin escatimar el tiempo, que dedica a la producción de los programas Yo amo a la TV, Almorzando con Mirtha Legrand y La noche de Mirtha,(América) y La linterna y La flaca escopeta, emitidos por Canal á y The Big Channel, respectivamente.
-¿Por qué se creó CAPIT? Hay quienes piensan que detrás de este proyecto se esconden intereses económicos: el afán de unir fuerzas y exigir mayor remuneración a los canales por los programas de las productoras independientes.
-Pertenezco desde hace muchos años a la Cámara de Productores de Teatro y, justamente, para que yo intervenga en otra cámara tiene que ser una entidad pluralista y democrática, que no tenga intereses sucios de ningún tipo. Yo no hubiese aceptado el honor que mis colegas me han hecho de presidir esta institución si existiese cualquier tipo de connotación no transparente en el proyecto.
CAPIT estaba faltando en Argentina porque lo que no existía era la profesionalidad de las productoras independientes. Justamente, al poder unirnos encontramos lo que se llama huecos o lugares que no estaban cubiertos, por desconocimiento o por falta de legislación impositiva y laboral. Diría que todos los productores unidos pudimos armar un estado de situación. En estas últimas semanas tuvimos las reuniones más importantes. La primera fue con la Asociación Argentina de Actores, donde no solamente nos presentamos en sociedad, sino que pudimos establecer una continuidad de trabajo e intercambiar opiniones sobre el tema de los actores invitados a programas de televisión. Descubrimos que dos o tres productoras independientes habían dejado de pagar a los actores invitados en algunos de sus programas. Y lejos de ir en la discusión con la Sociedad, llamamos a esas productoras para pedirle que se pongan al día, cosa que hicieron inmediatamente. La relación con ella es excelente. Personalmente mantengo esta relación desde antes; justamente por haber hecho 300 espectáculos teatrales. Esto corrobora que no existe una Cámara para atacar los intereses actorales.
Nos reunimos, también, con el interventor de rentas del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y descubrimos que un impuesto como el de ingresos brutos por la publicidad, del que puntualmente está exceptuado todo canal emisor, debía exceptuar también a las productoras. En principio, demostramos que la publicidad emitida en un programa de televisión, cuando el coproductor percibe un importe directamente de la misma tanda o de la misma publicidad indirecta, si no está gravado para el canal, por qué va a estarlo para la coproductora, por ejemplo. Muchos de estos detalles son desconocidos por el gobierno porque hace 10 años no existía la modalidad de la producción independiente.
Nos reunimos también con la Asociación de Teledifusoras Argentinas (ATA), quien entendió que no estábamos uniéndonos en contra de los canales porque toda tarea mancomunada que favorezca a una productora independiente de televisión, a la larga también repercute a favor del costo final de los productos que después son vendido a los canales, que tampoco pasan por su mejor momento económico. Trabajamos, además, con la Cámara de Control de Medición de Audiencias (CCMA), encargada de obtener mediciones de rating confiables.En el estatuto que ellos habían elaborado sólo daban participación a las agencias de publicidad, los anunciantes y los canales pues nunca habían tenido en cuenta que pudiera formarse una CAPIT . Y no solamente nos dieron la bienvenida, sino que vamos a formar parte de esta comisión. Ellos entendieron que nosotros debíamos estar representados pues la presencia de las productoras independientes en la televisión aumenta cada día y se supone que los canales cada vez van a ser más emisores y menos generadores de contenidos.
-¿Desde el punto de vista cultural, qué importancia tiene esta unión, sobre todo en el mejoramiento de la calidad de la programación televisiva que está siendo tan criticada, actualmente?
-No soy de los que cree que la televisión solamente muestra una realidad Ella tiene una gran responsabilidad, es formadora y difusora de opinión, y uno de los medios más responsables de la cultura de un país. Sería bastante fácil conocer nuestra línea de pensamiento en relación con este tema a través de los programas que producimos. Entonces vamos a encontrar que hay de todo en la viña del Señor. Por suerte hay algunos que no se han acercado a nuestra Cámara y no son justamente las productoras que integran nuestra institución con las que yo, por lo menos, no comulgo por el tipo de programas que hacen. Algunos programas que uno quiere tener lejos, o no son de productoras independientes o si lo son, no se acercan a nuestra Cámara.
Los que estamos hasta hoy, representamos a casi el 85 %. Hemos contabilizado que dentro de la televisión abierta no pasan de l7 o l8 productoras, y ya tenemos trece asociadas. Lo que si nos planteamos es hacer un estatuto suplementario para las productoras de televisión por cable, a raíz de que hay muchas solicitudes de ingreso de estos profesionales. Tenemos que considerar que quienes hacemos hoy producción abierta podemos hacer mañana televisión por cable, y viceversa. Hay que entender que CAPIT está dando sus primeros pasos y preferimos darlos más seguros. Por ello hemos resuelto discutir estas nuevas solicitudes a partir del invierno del 2000.
-¿La existencia de CAPIT implica un incremento de la calidad en la pantalla chica?
-No me animo a hacer pronósticos. Lo que si sé es que establecimos que, por supuesto, cada negociación particular entre los canales y las productoras va a seguir siendo particular. También se resolvió que, si de repente, hay algún tipo de conflictos, no solamente entre una productora y un canal, sino incluso entre productoras, y fundamentalmente, por los contenidos y los llamados robos de formatos, antes de llegar a una instancia judicial, vamos a intentar que nuestra Cámara sea la primera instancia conciliadora. Si podemos lograr que entre profesionales del medio se puedan discernir estos temas.
Siempre separo muy bien al profesional ejecutivo, trabajador de televisión, de aquel que solamente pone dinero en la televisión. Yo siento mucho respeto por los profesionales, no porque no se lo tenga a quienes ponen dinero, pero estos son entes que, en general, no son de carne y hueso.
– ¿A su juicio, qué modificaciones en la televisión traerán consigo los nuevos cambios presidenciales en Argentina?
-El Comfer tendrá una ingerencia más real en la reglamentación, ya sea bajo la Ley de Radiodifusión, que subsiste desde la época militar o las leyes que sustituyan esta antigua ley. Creo que se va a respetar un poquito más y serán más acotadas ciertas cosas que la televisión fue desdibujando o se fueron degenerando con el correr de los tiempos.
En relación con ATC, el canal estatal, soy de quienes piensan que debe seguir existiendo un canal no comercial, cultural, del Estado, no del gobierno, y aunque esto, con el paso de los años, parezca una utopía no debemos dejar de decirlo. Este es el sentir de la mayoría ciudadana y también de los trabajadores de la televisión, e incluso de los licenciatarios de los canales que saben que hoy la torta publicitaria no da para más. Si encima hay otro canal privado a repartirse algo que no alcanza para los que ya están, todo será mucho más difícil.
-¿No cree que Pol-Ka, por ejemplo con sus 50 horas de programación mensuales en la TV, un código, un estilo definido y hasta un lenguaje propio puede llegar a saturar a los televidentes?
-No lo creo y si no preguntémosle a la Sociedad Argentina de Actores qué piensa de la existencia de Pol-Ka; de seguro le van a hablar maravillas. Pienso que es una locura hablar de saturación en una industria que es nueva y genera puestos de trabajo. Al contrario, si hay algo que caracterizó, lamentablemente a este país durante los últimos tiempos, es la falta de proyectos. Yo le diría que esta es una entidad que nuclea productoras independientes, con personas de carne y hueso que no responden a ninguna multinacional, y que en general son trabajadores de esto. En muchos casos comenzaron siendo actores y conociendo este mundo desde el otro lado: como contratados. Me parece que también desde ese punto de vista bien vale la pena apoyar a la gente nuestra cuando se pone a hacer y armar proyectos. Aquí nos estamos jugando nuestros nombres y trayectorias en el medio artístico.