“Sin inversión no hay resultados”

Roberto Momfort, gerente de producción y programación de Argentina Televisora Color (ATC) hace un balance de su gestión antes de su retiro de la emisora oficial.

Por: Mario Greco y Ariel Ferretti

Argentina Televisora Color (ATC) nació en 1978, justamente en el año en que el gobierno militar de turno organizaba el Campeonato Mundial de Fútbol. Ese fue el primer gran evento transmitido “a todo color” en el país, aunque sólo pudo ser recibido por un puñado de afortunados que poseían el por entonces carísimo televisor color. Desde su fundación, la gloria de ATC fue efímera: lideró el rating y obtuvo ganancias sólo durante el primer año. Después, una serie de administraciones equivocadas llevaron al canal estatal al último lugar, mientras crecía el déficit financiero que aún provoca profundos huecos en las arcas del Estado. La ausencia de una política clara y definida respecto de su situación, determina que hoy ATC navegue en una incertidumbre total que confunde a sus ocasionales directivos y preocupa enormemente a su personal.

TVMAS entrevistó en exclusiva a Roberto Monfort, gerente artístico de producción del canal durante los últimos dos años y medio, tres días antes de su desvinculación de la emisora.

-¿Cómo llegó usted a ocupar su cargo?

-A través de las secretarías de gobierno y de medios, llegué a ocupar el cargo de subgerente de programación y producción. Poco tiempo después se fue Raúl Becerra, que ocupaba el cargo de gerente en esa área y continué en su lugar. Antes de su salida trabajamos juntos la lógica de este tipo de empresa y lo que representa una imagen oficial en una cadena de sociedad anónima en todo el país, donde no llega otra televisión. De manera que la responsabilidad fue muy grande.

-¿Cuál es el balance de su gestión?

-Tratamos de buscar una programación lógica con el presupuesto de que disponíamos, pero no tuvimos éxito para lograr a partir de esos recursos financieros la preproducción de una programación coherente y orgánica con una identidad propia. El balance de esta gestión es de muy pocos logros y muchísimos fracasos. El primer fracaso es no haber obtenido un presupuesto para hacer una programación como indica la lógica.

-¿Por qué no se consiguió ese dinero?

-Porque no hay una conciencia y un conocimiento profundo sobre los medios y lo que representa tener un canal oficial. Si hay que nombrar un presidente o un interventor que realmente sea un profesional de la administración de los medios de comunicación y nos encontramos con que ninguno lo fue, esto habla de un estado de cosas.

-¿A partir de su gestión se ha acentuado el déficit?

-No. Al ser una programación de coproductores, y al no haber un presupuesto, el déficit ha sido infinitamente pequeño. A las pruebas me remito: ha sido uno de los más bajos en la historia de ATC. En este momento, el presupuesto se puede comparar con el de un canal de cable local.

-¿Cómo quedan las cuentas del canal al final de su desempeño?

-Esta gestión, en lo que respecta a la administración de ATC, ha sido, en general, tremendamente efectiva porque la tomé con u$s 82 millones de déficit y está previsto que para el 10 de diciembre tenga sólo un pasivo de u$s 15 millones. Desde el ángulo económico es un éxito, pero desde los terrenos artísticos que son de mi responsabilidad, todos los sueños quedaron truncos.

-¿Para que las cuentas cierren se sacrifica el aspecto artístico?

-Si no se tiene un buen producto tampoco se tendrá un buen beneficio. Si en un canal abierto de primer nivel como Artear o Telefé, el costo artístico mensual supera los u$s 6 ó 7 millones, eso le va a dar un beneficio de u$s 10 o 12 millones, seguramente en los meses del año en que el beneficio se hace efectivo en televisión. Y en televisión se gana a partir del mes de junio y se pierde de enero a junio, por lo que hay que buscar un equilibrio en la relación costo-beneficio.

-¿Cuál es el presupuesto que tiene ATC?

-El presupuesto artístico de ATC se encuentra entre los u$s 300.000 y 350.000 mensuales, que son los costos artísticos que tiene un canal con 18 horas de emisión por día.

-¿Qué cantidad de personal tiene la emisora?

-Contamos con 740 personas, en comparación con los años de 1987 y 1988 cuando trabajaban 1200 personas. En realidad , el presupuesto total de este año fue de u$s 13 millones. Si comparamos con el “primer mundo”, donde una cadena como Radio Televisión Española o RAI gastan entre u$s 2500 y 3000 millones para mantenerse, concluimos que el valor lógico de ATC, para que funcione sin problemas, está entre u$s 40 y 50 millones anuales.

-¿Están llegando a otros países?

-He conseguido que, a través de Insatel de Miami, ATC esté en todo el mundo, a través de Internet en la página www.atcalared.com. En este momento Miami es el diversificador de señales a través de la red satelital Insatel. Desde allí llega por el Intelsat 808 a América y Europa y lo introducen en la web.

-¿El canal ha realizado un upgrade en los últimos tiempos?

-Desgraciadamente, no. El trabajo que tienen los técnicos para mantener cámaras y transmisores que son del 1978 es muy difícil, porque son equipos artesanales que valen una fortuna. Además, las cámaras necesitan una cantidad importante de insumos y de kilowatts de potencia, cuando actualmente se utiliza luz fría para las cámaras de televisión digital. Hoy en día, la televisión digital ha hecho que todo se haya abaratado y reducido. Antes se necesitaban 1000 m2 para hacer un control central, hoy basta con 150 ó 200 m2 para un control técnico digital y todos necesitan de los insumos. En ATC se gasta mucho. Hay que pensar, que para movilizar un camión de exteriores hacen falta 30 personas porque los trípodes pesan 100 kilos cada uno. Con las cámaras sucede lo mismo.

-¿Nunca se planteó la posibilidad de modernizar los equipos?

-Se plantea permanentemente, pero cuando se advierte que el canal oficial es la vidriera presidencial y la radiografía de un pueblo, no tenemos la responsabilidad absoluta del manejo, y somos parte tremendamente parcial a la hora de los resultados.

-¿El tema del presupuesto repercute en el rating?

-Sí, obviamente, porque es la programación de una señal que se trata de mantener sin gastos, sin medios y lo más estoica y dignamente posible.

-¿Cuál es la solución para los problemas de ATC?

-La solución es descentralizar ATC, tener dos señales de televisión: una nacional y otra regional. Por ejemplo, ATC Norte, ATC Litoral, ATC Centro y ATC Patagonia. Y con el plantel actual de trabajadores podemos armar grupos para que con los camiones de exteriores se focalice la atención y se emita la señal y se produzcan programas locales. Entonces, al haber una televisión centralizada en Buenos Aires, recibiendo diariamente señales y producciones de todo el interior del país, podríamos tener dos antenas, una local y otra proveniente de las provincias, junto a una tercera que lleva al satélite la suma de los mejores programas de la nación. De esa manera podríamos tener una televisión no deficitaria, porque cada una de las regiones se haría cargo de las producciones y siempre va a tener una señal central que la va a alimentar.

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